lunes, 1 de agosto de 2011

EL PACHACUTI DE OLLANTA HUMALA

La estrategia del nuevo gobierno tiene que empatar con la personalidad y estilo del nuevo Presidente, para generar una dinámica ganadora que agilice el progreso económico y no olvide su proyecto nacional y de izquierda por el que el pueblo votó. En este proceso el Buen Gobierno es la herramienta fundamental del cambio.

El Pachacuti, el “gran cambio” motivado por el Fenómeno del Niño, para el cual los Incas se preparaban cada 7 años requería planificación antelada, capacidad logística, movilización de recursos, organización política y militar. Fue una respuesta exitosa ante la adversidad y el riesgo. Actitud que hoy podemos rescatar para la política, de cara al Perú actual.

Lo primero que el mandatario encontrará es un país con 86 mil pueblos y ciudades, dispersas en un territorio que es la mezcla de las sierras de Afganistán, los desiertos del Sahara y las selvas de Borneo. A razón de 2 o 3 demandas por localidad, nos permite matemática visión de la realidad del interior.

Hay que usar el ingenio y rescatar ideas innovadoras que permitan dar un salto en la mejora de la educación y la salud. Los Hospitales de la Solidaridad parecen ser una solución excelente a la atención de consultas y a la remuneración del médico. Además, eliminar los cobros por consultas externas y por atención a enfermedades crónicas, en los Hospitales del MINSA, sólo costaría 250 millones de soles al año. Hoy los enfermos pagan hasta porque le pongan termómetro. Revocar una reciente ley dictada por el Congreso, exonerando a los casinos del pago de 200 millones de soles

En el caso de la educación, una parte del sistema privado de Colegios y Universidades Privadas puede ser integrado a un sistema público-privado de mejora de la calidad y los resultados de la educación en zonas urbanas. Quizás no sea mala idea entregar la administración de los colegios a la comunidad en todos los pueblos del país y de regionalizar las universidades para garantizar que la educación la vigilen los propios interesados.

Siendo la Seguridad Ciudadana el principal problema que la gente vive a diario en todo el país, el nuevo gobierno deberá construir una autoridad capaz de enfrentar el problema. Hay que construir una institucionalidad persuasiva y punitiva que en estos próximos años ponga en fuga a narcos, terroristas y ladrones.

Hay que izar la bandera peruana en el VRAE, pero también en los Barracones, El Porvenir (Trujillo) y todos los “Chicago Chicos” que pueblan nuestra ciudades. Usar la tecnología permitiría en dos años acabar con asaltos en carreteras, tal como se ha hecho con los de bancos. Las decenas de rutas de mochileros y narcos requieren vigilancia con helicópteros y desplazamiento aéreo, única forma de terminar también con los remanentes terroristas . El nuevo Presidente debería ser el líder de esta causa aplicando un estilo muy ejecutivo y de contacto directo con los ciudadanos para combatir la plaga del crimen.

Otro Pachacuti debe darse en el proceso de descentralización, que marcha a ritmo muy desigual. Allí adonde hay presidentes honrados y con experiencia de gestión, como Piura, San Martín, La Libertad, Amazonas, Arequipa, entre otros, la descentralización tiende a ofrecer beneficios a la gente. Pero en todos los gobiernos regionales es urgente una reforma que imponga una gestión adonde no se otorgue dinero público si no se cumplen metas de inversión.

En lo político, debería modificar el sistema de representación de los Consejos Regionales, basado en distritos uninominales que favorecen a las minorías y debilitan a los Presidentes Regionales. La solución sería un sistema de dos vueltas electorales que podría extenderse también a las municipalidades.

El estado debería completar la regionalización creando una instancia de representación del sistema de regiones al interior del poder ejecutivo nacional. Un Senado con 100% de representación de origen regional sería un solución descentralista a la bi cameralidad. Sería la mas importante reforma política desde que San Martín y Bolívar independizaron al Perú.

Otro riesgo estratégico que el Perú afronta sería seguir el modelo extractivo de Brasil, cambiando los bosques por cultivos y ganadería, o con minería depredadora. Una medida apropiada sería darle bocado al Perro del Hortelano zonificando el territorio, tarea que puede tomar varios años. Entre tanto, habría que cerrar a las concesiones zonas adonde es imposible que cohabiten la minería y la naturaleza, mientras siguen su curso proyectos en zonas que no tienen riesgos ambientales.

Humala está bien situado en su puesto de Presidente Constitucional, de eso no hay ninguna duda. Sabe que como Primer Mandatario tiene que gobernar para pobres y ricos, y asegurar que los pobres y no estos últimos se lleven la parte del león del crecimiento económico. La clave está en tomar los hilos del buen gobierno con nuevas soluciones que cambien realmente al país.

Por: Julio Schiappa

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